domingo, 16 de octubre de 2011
Ser sola sin ti
Se me ha calmado la locura, se me han quitado las ganas de gritar.
No es tener un vacío, no, es no ver un futuro contigo lo que hace daño.
Ahora todas las canciones son armas que apuntan hacia mí. Todas las miradas son espadas que me apuñalan. Todas las manos que se unen son puñetazos que me abaten.
Ser uno sin ti pero contigo ser duda e incertidumbre.
Ser yo sin mí y en mi alma, ser sola sin ti.
domingo, 11 de septiembre de 2011
El kit de cerveza
lunes, 15 de agosto de 2011
1 millón de kilómetros de nostalgia
sábado, 25 de junio de 2011
miércoles, 15 de junio de 2011
Perdóname
Quiero que te vuelvas flor. La que tú quieras. Ser flor y ser tú. Una flor de primavera.
Te recogeré del suelo y te acogerán las hojas de mi cuaderno. Serás guardián de mis palabras escritas. Estático sobre el papel, inamovible, presente.
Y no me perderé ningún cambio porque no podrás cambiar.
Y no te dejaré nunca porque siempre vendrás conmigo.
Perdóname.
“Es demasiado frío este momento cuando siento que te pierdo” Amaral, Perdóname.
martes, 14 de junio de 2011
Sin que te des cuenta
Cuando me vaya con las alas rotas cruzaré el charco. Un charco que yo misma habré creado. Cuando me vaya y sin que te des cuenta, intentaré robar tu dolor.
Esta será nuestra segunda despedida. Porque: “La última vez que te vi acababan de partirnos en dos. Tú me mirabas y yo te miraba. Tenías un aire tan familiar y yo no podía reconocerte porque había sangre en tu cara y yo tenía sangre en mis ojos. Pero podría jurar por tu expresión que el dolor de tu alma era similar al mío. Y ese es el dolor que corta una línea recta a través del corazón que nosotros llamamos amor.” Hedwig and the Angry Inch "The Origin of Love"
martes, 7 de junio de 2011
El bostezo
sábado, 7 de mayo de 2011
La siesta
jueves, 5 de mayo de 2011
La estación de tren
De perfil sus labios dibujan un corazón caído. En la estación de tren de camino a Orchha. Una sonrisa fugaz en el objetivo de mi cámara que la persigue. A contraluz una inocencia que deslumbra. La chispa que perdura en unos ojos cansados de pedir. Sin palabras con dos manos y una mirada.
lunes, 11 de abril de 2011
A la hora de cenar
domingo, 10 de abril de 2011
El hada de Güell
El origen del amor
martes, 5 de abril de 2011
Aguanta
viernes, 25 de marzo de 2011
La carrera
18:04; el sol empezaba a esconderse.
Pedaleaba tranquilamente por la calle con giros suaves. Pasé al lado de un niño de unos 10 años con un bocata en la mano. Entonces aquel niño pensó que era una carrera, que le retaba a ganarme y empezó a correr.
Corría y comía el bocata a la vez. Yo aminoré la velocidad para dejarle ganar pensando que se cansaría enseguida. Esta equivocada.
Desde la plaza de Esquiroz hasta el comienzo da la avenida de Galicia. Solo paramos una vez y porque el semáforo esta en rojo.
Él por delante y mirando de reojo atrás para ver que le seguía. Él en cabeza ganando y yo pedaleando más lento que nunca.
Cuando nuestros caminos se separaron, él seguía corriendo por una bocacalle. Yo intenté alcanzarle por otro camino, pedaleé lo más rápido que pude. Pero no conseguí llegar antes.
El niño había ganado.
lunes, 21 de marzo de 2011
Toc-Toc
martes, 15 de marzo de 2011
Ser vulnerable
lunes, 14 de marzo de 2011
Una margarita en tu pelo
Como la telaraña y la mosca, una margarita enredada en tu pelo. Atrapada en los hilos de caramelo de tu cabeza.
lunes, 7 de marzo de 2011
Mentiras matutinas
miércoles, 23 de febrero de 2011
Espejos
Pobre espejo que no puede cerrar los ojos. Espejo que se empacha con una cara deformada y una uñas en búsqueda del punto de una frase interminable.
Maldito espejo que escupe la curva indeseada de la cadera. Maldito espejo del ascensor que te enseña la cara de patética que llevas.
Espejos, testigos de la vida. Espejos, memorias de la vida.
martes, 22 de febrero de 2011
Palabras
martes, 15 de febrero de 2011
Pamplona-Bilbao
Un bus lleno de gente desconocida que tienen algo en común, todos vamos a Bilbao.
Mi asiento: 22, pasillo. Como no tenía música, ni tampoco la inspiración me visitaba para escribir decidí dedicarme a observar a la gente, pero sin entrar lo acosador, raro, maleducado u horripilante.
A mi lado, un hombre joven, con nariz prominente como yo, se pasó tres cuartas partes del viaje hablando por el teléfono. En un momento de la conversación dijo que él prefería estar en pasillo porque en la ventana se agobiaba demasiado, y justo en aquel momento, llámenlo destino o casualidad, la conexión se colgó.
Yo siempre he querido entablar conversación con la gente que se sienta a mi lado en los buses, creo que es interesante conocer la historia de los demás y sobre todo hacer el viaje más ameno. En mi cabeza iba ordenando las palabras que iba a vocalizar con voz amable y sonrisa añadida. Entonces recordé la última vez que intenté hablar con alguien en un bus. La semana pasada en concreto, autobús: Pamplona-Madrid. A mi lado una señora de unos 50 años con múltiples collares de oro en el cuello, sus brazos aferrados al bolso y piernas cruzadas. Yo lo intenté pero ella no parecía muy dispuesta, y no pasamos de la típica conversación sobre el tiempo.
Justo en el momento en el que le iba a hablar aquel chico, mis dientes se apretaron, mi boca se cerró y mi sonrisa se fugó. Pobre, se quedó durante todo el viaje en el asiento de la ventana.
Al otro lado del pasillo, una línea por delante, una señora mayor tenía el típico problema: el bolso. No cabía arriba porque ha puesto el abrigo y además era demasiado gordo, tampoco lo podía poner abajo porque estaban sus piernas. Después de una pequeña lucha por conseguir que el apoya-brazos se mantuviese en su sitio, la mujer colocó el bolso colgando por las asas. Pero se cayó. Lo volvió a poner. Se volvió a caer. Lo dejó tal cual. No pasó ni un minuto,cogió el bolso y lo puso sobre sus piernas. Le molestaba. Lo dejó en el suelo. Y esta disputa con el bolso duró, y no exagero, unos quince minutos, hasta que desistió y lo dejó tirado en medio del pasillo.
Cuando agoté lo que había de interesante en mi área visual, comencé a divagar sobre mis experiencias yendo en bus y saqué algunas ideas que me gustaría compartir.
1ºSi la persona que tienes delante se gira y te mira probablemente sea por las siguientes razones:
a) quiere inclinar su asiento pero antes de hacerlo comprobará si duermes porque así no te enteras. Pero si sigues despierta posiblemente no lo haga o lo haga muy despacio para que no percibas que tu espacio vital se reduce considerablemente.
b)No te conoce, pero le recuerdas a alguien y quiere cerciorarse.
c)Simplemente se aburre y, como yo, se dedica a crear historias sorprendentes a partir de la primera impresión de los que le rodean.
2ºCuando intento dormir apoyando la cabeza directamente sobre el cristal de la ventana, ésta tiembla y crea un picor insoportable en mis orejas. Raro, lo sé.
3ºNormalmente a los conductores agradecen un “gracias” al final del viaje, sobre todo si este es largo. Esto lo digo porque en un viaje de Zaragoza a Madrid me tocó en la primera fila de asientos y oía la conversación entre el conductor y su ayudante.
4ºNo ganas ni un segundo si te levantas el primero para coger tus cosas. Todo el mundo hace lo mismo y lo único que se consigue es un tapón, una situación incómoda en la que en un mínimo movimiento del bus hace que pierdas el equilibrio y te apoyes sobre un extraño.
5ºAntes de meter la maleta, hay que estar seguros que ese es tu bus, porque si no lo es, cuando quieras recuperarla se pensarán que están intentando robar el equipaje de alguien.
Buen viaje a todos.
sábado, 5 de febrero de 2011
En un tren
La luz se posa sobre su piel oscura que brilla por el sudor. Hace calor aquí fuera y aún más dentro de un tren abarrotado de gente. Gente en los pasillo,s gente en las salidas sin puerta donde se agarran unos a otros. Gente entre vagón y vagón. Gente encima del tren.
Yo quiero subir a ese tren. Pedir un té Chai y algo de comer. Quiero pasar calor hombro con hombro con gente desconocida. Mirar por la ventana y estirar el cuello para alcanzar la corriente de aire. Contacto visual con la persona que se siente delante, una sonriza fugaz al aire, una sonrisa intensa por dentro. Yo quiero quiero ir en ese tren.
Pero mi tren llegará después de este. Mi tren tiene aire acondicionado, zumo envasado, ventanas con cristal y turistas.
viernes, 4 de febrero de 2011
18:34, 4 de febrero, Madrid
Un anciano anda despacio con un bastón desgastado. El mismo niño que lloraba está ahora aferrado a la pierna de su madre. Una conversación fugaz sobre el servicio comunitario. "¡Llámame escéptico!". Un corredor cosmopolita a la caza del taxi. Un perro que ve tan apetitosa la farola como el árbol pero que finalmente se decanta por la papelera.
Una pareja pintoresca, callados los dos. Unos ancianos, ella se queja, él se evade. Un matrimonio discutiendo.
Se abre la puerta del portal, una joven sale, tacones y bolso pequeño, maquillaje nada discreto y un peinado de que se podría discutir su elegancia.
Una paloma despistada que confunde un filtro de cigarrillo con comida. Un beso apasionado al borde de la acera. Un "eres tonto" pasteloso.Un idioma extranjero en voz alta se escapa de los dientes grandes y blancos. La difícil carga de bolsa de rebajas. Argentina leyendo un pasaje de un libro de bolsillo.
Ya es de noche.
Y una vagabunda en un banco. Obervando. Escribiendo en su libreta negra.
jueves, 20 de enero de 2011
Yo sí me acuerdo de ti
“Puede que usted no se acuerde de mi, pero yo sí de usted, Jose. Trabajaba en el supermercado llevando los carritos de la compra a las casas. Yo era pequeña. Me acuerdo porque parecía que solo llevase la comida a mi casa, siempre tan dispuesto y sonriente. Yo me acuerdo y ahora que le he visto me ha venido a la mente y solo quería decirle gracias”
martes, 18 de enero de 2011
La sombra
viernes, 14 de enero de 2011
Por las noches
¿Cómo te atreves?
Es ese áurea que te rodea, que me rodeaba, lo que me atrae. Son esos recuerdos teñidos de felididad, son esas palabras estancadas en el pasado, es esa tensión no resuelta. Orgullo, tal vez, sazonado con un poco de rabia y de melancolía lo que hace que me mantenga firme.
Los dos sabemos que solo hay una salida a este baile. La música de esa guitarra dolorida se desvanece y la última nota es el punto y final. Un saludo de cordialidad, una sonrisa tímida quizás y media vuelta al mundo real.