domingo, 16 de octubre de 2011

Ser sola sin ti

He vivido tanto contigo que vivir sin ti ha perdido el sentido.
Se me ha calmado la locura, se me han quitado las ganas de gritar.
No es tener un vacío, no, es no ver un futuro contigo lo que hace daño.
Ahora todas las canciones son armas que apuntan hacia mí. Todas las miradas son espadas que me apuñalan. Todas las manos que se unen son puñetazos que me abaten.
Ser uno sin ti pero contigo ser duda e incertidumbre.
Ser yo sin mí y en mi alma, ser sola sin ti.

domingo, 11 de septiembre de 2011

El kit de cerveza

Paseando por la ciudad de Columbia, Misuri, entré en lo que parecía una tienda de malabares buscando un diábolo.
INCOHERENCIA AMERICANA NÚMERO 1
- En aquella tienda vendían, además de diábolos, un kit para hacer tu propia cerveza. Hasta aquí todo suena normal. Dicho fantástico kit lo pueden comprar personas a partir de 18 años. La edad para beber legalmente no es hasta los 21.
Estupendo. Pueden conducir a los 16, esperan dos años y compran el kit para hacer su propia cerveza. Empiezan la cosecha. La dejan fermentar durante 3 largos años y cuando tienen 21 años, hartos ya de esperar se beben la cerveza mientras conducen.

lunes, 15 de agosto de 2011

1 millón de kilómetros de nostalgia

El problema no es la distancia. No. El problema es la pérdida de momentos.
Cuando encuentres a tu primer amor y lo digas con la sonrisa.
El momento en que aquella locura se convirtió en anécdota.
Aquella tontería que hiciste y con la que te ganaste un apodo de por vida.
Perderse un año es perderse muchos cambios. Tu pelo crecerá o igual te lo cortas tanto que te vuelves irreconocible. Igual te aparece una peca en la cara. Igual olvidas esa canción que cantábamos al son de la guitarra. Puede que incluso ya no te guste aquel par de pantalones que compramos juntas.
El problema es no estar allí.
La solución es que os llevo aquí dentro.

sábado, 25 de junio de 2011

Medinaceli

Había un pez en la Ciudad del cielo que surcaba las corrientes de aire.

miércoles, 15 de junio de 2011

Perdóname


Quiero que te vuelvas flor. La que tú quieras. Ser flor y ser tú. Una flor de primavera.

Te recogeré del suelo y te acogerán las hojas de mi cuaderno. Serás guardián de mis palabras escritas. Estático sobre el papel, inamovible, presente.

Y no me perderé ningún cambio porque no podrás cambiar.

Y no te dejaré nunca porque siempre vendrás conmigo.

Perdóname.




Es demasiado frío este momento cuando siento que te pierdo” Amaral, Perdóname.

martes, 14 de junio de 2011

Sin que te des cuenta

Cuando me vaya con las alas rotas cruzaré el charco. Un charco que yo misma habré creado. Cuando me vaya y sin que te des cuenta, intentaré robar tu dolor.

Esta será nuestra segunda despedida. Porque: “La última vez que te vi acababan de partirnos en dos. Tú me mirabas y yo te miraba. Tenías un aire tan familiar y yo no podía reconocerte porque había sangre en tu cara y yo tenía sangre en mis ojos. Pero podría jurar por tu expresión que el dolor de tu alma era similar al mío. Y ese es el dolor que corta una línea recta a través del corazón que nosotros llamamos amor.” Hedwig and the Angry Inch "The Origin of Love"

martes, 7 de junio de 2011

El bostezo


O era negro con manchas blancas o de piel blanca con pecas negras. Sobre las piernas de su amo una barra de madera. Tan desgastada y vieja como las heridas en la cabeza de aquel elefante. Yo quise pensar que estaba bostezando, pero en realidad parecía más un grito de auxilio.
Tras la subida, aquel elefante exhausto, viejo y derrotado tenía unos segundos de descanso apoyando su trompa sobre el bordillo. Unos segundos, el tiempo que tardaba su amo en pedir más propina disimuladamente mientras acariciaba al elefante haciendo ver el esfuerzo que había hecho.
Yo quiero pensar que estaba bostezando, que pedía una caricia a los pasajeros, que suspiraba porque había desayunado demasiado aquella mañana.




sábado, 7 de mayo de 2011

La siesta

Tienes una peca en la oreja. Es pequeña, plana y de marrón chocolate. Duermes de lado y la manta te tapa hasta la nariz. Casi no te se oye respirar. Casi ni te mueves. Casi parece que nunca te vas a despertar. Pero de vez en cuando lanzas alguna mueca o algún beso al aire. Hasta dormida parece que me quieres.
Pretendes encoger las piernas para meter los pies bajo la manta pero ésta es demasiado corta. Yo te pongo mi chaqueta y cejas en el intento.
Un mechón de tu pelo te acaricia el oído y tapa tu curiosa peca. Creo que ni tú sabes que tienes una peca ahí. Posiblemente nunca lo sabrás porque yo no te lo voy a decir, delataría mi faceta de espía en tus siestas. Y to ya no volverías a dormir como lo haces ahora.

jueves, 5 de mayo de 2011

La estación de tren


De perfil sus labios dibujan un corazón caído. En la estación de tren de camino a Orchha. Una sonrisa fugaz en el objetivo de mi cámara que la persigue. A contraluz una inocencia que deslumbra. La chispa que perdura en unos ojos cansados de pedir. Sin palabras con dos manos y una mirada.


lunes, 11 de abril de 2011

A la hora de cenar

A la hora de cenar siempre llamaba mi abuela. Puede que lo hiciese con intención de pillarnos a todos reunidos. Cuando nos dejó, el teléfono estuvo de luto hasta que mi hermana recogió la herencia.

A las 20:48:

-¿Diga?
-Buenas noches, mi nombre es Claudia
-¡Qué nombre tan bonito! Yo me llamo Carlota y estoy cenando brócoli cocido con queso fundido por encima pero dígame.
Aquí ya empieza un poco la confusión
- ¿Tiene usted Internet en casa?
- Sí
- ¿Está contenta con su funcionamiento?
- Sí, bastante
- Le llamaba de Yazztel para...
- ¿Pero Yazztel con una z o con dos?
En este punto Claudia no entiende nada
- Con dos, le llamaba para ofrecerle...
- ¿Precio más baratos? Supongo que es eso. Mire, no le quiero ofender, muchas veces he colgado directamente porque sé de qué van estas cosas. Estoy cenando y supongo que usted a la hora de cenar se encuentra cansada, abrumada de tanto ajetreo o incluso le duelen los oídos y si está todo el día sentada su trasero sufrirá un endormecimiento bastante incómodo. A esta hora solo llama mi hermana a casa y mi abuela a la memoria. Que duerma bien.

domingo, 10 de abril de 2011

El hada de Güell

Había un hada en el parque Güell. Con una armónica desafinada y una sombrilla por seta. Fibras blancas en tu cabeza esculpen un moño al estilo japonés. Las gafas teñidas de caramelo se resbalaron por su nariz exponiendo sus ojos de un azul fantástico. Tu melodía sin compás, mi cámara de espía y su mirada sobre la mía.

El origen del amor

Last time I saw you
We had just split in two.
You were looking at me.
I was looking at you.
You had a way so familiar,
But I could not recognize,
Cause you had blood on your face;
I had blood in my eyes.
But I could swear by your expression
That the pain down in your soul
Was the same as the one down in mine.
That's the pain,
Cuts a straight line
Down through the heart;
We called it love.
"The Origin of Love"
by Hedwig and the Angry Inch

martes, 5 de abril de 2011

Aguanta

Ella espera hasta el último momento para respirar. Aguanta hasta que le tira el pecho. Cierra los ojos tan fuerte que le duelen los párpados. No los quiere abrir, no quiere respirar porque sabe que en el mismo instante en que vuelva a vivir, morirá de pena. Los labios se vuelven pastosos y negligentes. Los ojos traidores del corazón arrojan la pena en lágrimas. Su piel como cuero se desgarra por las muecas de dolor. Respira. Llora. Vive. Avanza.

viernes, 25 de marzo de 2011

La carrera

18:04; el sol empezaba a esconderse.
Pedaleaba tranquilamente por la calle con giros suaves. Pasé al lado de un niño de unos 10 años con un bocata en la mano. Entonces aquel niño pensó que era una carrera, que le retaba a ganarme y empezó a correr.
Corría y comía el bocata a la vez. Yo aminoré la velocidad para dejarle ganar pensando que se cansaría enseguida. Esta equivocada.
Desde la plaza de Esquiroz hasta el comienzo da la avenida de Galicia. Solo paramos una vez y porque el semáforo esta en rojo.
Él por delante y mirando de reojo atrás para ver que le seguía. Él en cabeza ganando y yo pedaleando más lento que nunca.
Cuando nuestros caminos se separaron, él seguía corriendo por una bocacalle. Yo intenté alcanzarle por otro camino, pedaleé lo más rápido que pude. Pero no conseguí llegar antes.
El niño había ganado.

lunes, 21 de marzo de 2011

Toc-Toc

Toc-toc, golpea los barrotes de hueso. Retenido por la cárcel de tus costillas.
Las venas lo amarran a la vida y al mismo tiempo lo envenenan con sueños.
Toc-toc, late más fuerte e intenta hacerse oír. Pero los rugidos de la mente lo acallan.
Dispara furia por el cuerpo. Prisionero inocente.

Esclavo de los cinco sentidos.
Por tu aroma enloquece.
En tu presencia se asusta y calla.
Tus palabras lo alteran.
Con tu caricia dormita.
Tus besos lo reavivan.

martes, 15 de marzo de 2011

Ser vulnerable

Que la aguja de la duda nunca cosa mis labios.

Que no huyan las palabras de mi mente.

Que no se irriten mis ojos de errores e injusticias.

"Temer a la muerte no es otra cosa que considerarse sabio cuando no se es, pues eso es creer saber lo que no se sabe"
Apología de Sócrates de Platón

lunes, 14 de marzo de 2011

Una margarita en tu pelo


Como la telaraña y la mosca, una margarita enredada en tu pelo. Atrapada en los hilos de caramelo de tu cabeza.
Una flor en tu cabello a la sombra de una luz de sobremesa. Los rayos a la búsqueda del corazón amarillo. Un sol sin salida.
Una margarita despistada. Aturdida. Raptada por cientos de brazos sin dedos que la acarician y retienen.
Sí me quiere. No me quiere. Tal vez miedo a querer. Quizás recelo a no haber querido lo suficiente. Pavor a dejarse amar.
Una margarita con los brazos abiertos enredada en tus pensamientos. Los pétalos no dan respuestas.

lunes, 7 de marzo de 2011

Mentiras matutinas



Olor a café caliente. Los cereales nadan por la leche chocolateada. Un león bostezando en medio de la cocina. Una gata estirando los brazos. Un par de tabas.
El ambiente es espeso, la luz estridente que se cuela por entre las cortinas.

-Yo no te quiero.
-Yo tampoco.
-Yo no pienso en ti nunca.
-Yo no puedo ni verte.

Besos de café y chocolate. Un abrazo animal. Mentiras matutinas que edulcoran el ambiente con su falsedad.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Espejos

Espejos que tragan una realidad que no pueden evitar. Se emborrachan de la imagen de una muñeca llena de imperfecciones. Se drogan con pasarelas improvisadas. Una sobredosis de muecas, gritos, miradas atrevidas y besos al aire.
Pobre espejo que no puede cerrar los ojos. Espejo que se empacha con una cara deformada y una uñas en búsqueda del punto de una frase interminable.
Maldito espejo que escupe la curva indeseada de la cadera. Maldito espejo del ascensor que te enseña la cara de patética que llevas.
Espejos, testigos de la vida. Espejos, memorias de la vida.

martes, 22 de febrero de 2011

Palabras


Yo te regalo palabras.
Palabras que escapan del vallar de mi dientes. A veces son fugitivas que me traicionan y llegan y acarician tus oídos. Son sonidos que reconoces, como un "te quiero" que hace palpitar el corazón.
Yo te regalo algo profundo pero sencillo.
Lo inmaterial más sentido, lo etéreo que vibra en tu alma.
.
.
Yo te doy mis ojos para ser testigo del más mínimo cambio en tu cuerpo.
Yo te doy mi nariz para oler tu aroma en cada segundo.
Yo te doy mi boca para que desgastes mis labios.
.
.
Yo te regalo palabras de amor para que las grabes en tu memoria.
Perlas de cariño;
flores de sentimiento;
bombones de respeto;
un detalle de admiración.
Porque lo material perece ante el tiempo pero las palabras se graban; como las flores marchitan un "te quiero" cicatriza.

martes, 15 de febrero de 2011

Pamplona-Bilbao

Imagen tomada de Internet:
www.soyperuano.net/2007_08_01_archive.html


Un bus lleno de gente desconocida que tienen algo en común, todos vamos a Bilbao.
Mi asiento: 22, pasillo. Como no tenía música, ni tampoco la inspiración me visitaba para escribir decidí dedicarme a observar a la gente, pero sin entrar lo acosador, raro, maleducado u horripilante.
A mi lado, un hombre joven, con nariz prominente como yo, se pasó tres cuartas partes del viaje hablando por el teléfono. En un momento de la conversación dijo que él prefería estar en pasillo porque en la ventana se agobiaba demasiado, y justo en aquel momento, llámenlo destino o casualidad, la conexión se colgó.
Yo siempre he querido entablar conversación con la gente que se sienta a mi lado en los buses, creo que es interesante conocer la historia de los demás y sobre todo hacer el viaje más ameno. En mi cabeza iba ordenando las palabras que iba a vocalizar con voz amable y sonrisa añadida. Entonces recordé la última vez que intenté hablar con alguien en un bus. La semana pasada en concreto, autobús: Pamplona-Madrid. A mi lado una señora de unos 50 años con múltiples collares de oro en el cuello, sus brazos aferrados al bolso y piernas cruzadas. Yo lo intenté pero ella no parecía muy dispuesta, y no pasamos de la típica conversación sobre el tiempo.
Justo en el momento en el que le iba a hablar aquel chico, mis dientes se apretaron, mi boca se cerró y mi sonrisa se fugó. Pobre, se quedó durante todo el viaje en el asiento de la ventana.
Al otro lado del pasillo, una línea por delante, una señora mayor tenía el típico problema: el bolso. No cabía arriba porque ha puesto el abrigo y además era demasiado gordo, tampoco lo podía poner abajo porque estaban sus piernas. Después de una pequeña lucha por conseguir que el apoya-brazos se mantuviese en su sitio, la mujer colocó el bolso colgando por las asas. Pero se cayó. Lo volvió a poner. Se volvió a caer. Lo dejó tal cual. No pasó ni un minuto,cogió el bolso y lo puso sobre sus piernas. Le molestaba. Lo dejó en el suelo. Y esta disputa con el bolso duró, y no exagero, unos quince minutos, hasta que desistió y lo dejó tirado en medio del pasillo.



Cuando agoté lo que había de interesante en mi área visual, comencé a divagar sobre mis experiencias yendo en bus y saqué algunas ideas que me gustaría compartir.



1ºSi la persona que tienes delante se gira y te mira probablemente sea por las siguientes razones:
a) quiere inclinar su asiento pero antes de hacerlo comprobará si duermes porque así no te enteras. Pero si sigues despierta posiblemente no lo haga o lo haga muy despacio para que no percibas que tu espacio vital se reduce considerablemente.
b)No te conoce, pero le recuerdas a alguien y quiere cerciorarse.
c)Simplemente se aburre y, como yo, se dedica a crear historias sorprendentes a partir de la primera impresión de los que le rodean.



2ºCuando intento dormir apoyando la cabeza directamente sobre el cristal de la ventana, ésta tiembla y crea un picor insoportable en mis orejas. Raro, lo sé.



3ºNormalmente a los conductores agradecen un “gracias” al final del viaje, sobre todo si este es largo. Esto lo digo porque en un viaje de Zaragoza a Madrid me tocó en la primera fila de asientos y oía la conversación entre el conductor y su ayudante.



4ºNo ganas ni un segundo si te levantas el primero para coger tus cosas. Todo el mundo hace lo mismo y lo único que se consigue es un tapón, una situación incómoda en la que en un mínimo movimiento del bus hace que pierdas el equilibrio y te apoyes sobre un extraño.



5ºAntes de meter la maleta, hay que estar seguros que ese es tu bus, porque si no lo es, cuando quieras recuperarla se pensarán que están intentando robar el equipaje de alguien.
Buen viaje a todos.

sábado, 5 de febrero de 2011

En un tren

Estación de tren de Agra. Pronto por la mañana. Gente corre para coger un tren azul parado en la vía 1. Se agolpan en las entradas para entrar cuando ya está lleno por dentro. Sorprendentemente no se queda ninguno fuera.

Desde la ventana de aquel tren un hombre mira hacia la cámara. Sus ojos que antaño eran de un azul intenso hoy su color se funde con el gris y la vejez. Sonríe con la mirada. Un bigote canoso bien recortado sobre sus labios. Su cara está limitada por los dos barrotes de la ventana.
La luz se posa sobre su piel oscura que brilla por el sudor. Hace calor aquí fuera y aún más dentro de un tren abarrotado de gente. Gente en los pasillo,s gente en las salidas sin puerta donde se agarran unos a otros. Gente entre vagón y vagón. Gente encima del tren.
Yo quiero subir a ese tren. Pedir un té Chai y algo de comer. Quiero pasar calor hombro con hombro con gente desconocida. Mirar por la ventana y estirar el cuello para alcanzar la corriente de aire. Contacto visual con la persona que se siente delante, una sonriza fugaz al aire, una sonrisa intensa por dentro. Yo quiero quiero ir en ese tren.

Pero mi tren llegará después de este. Mi tren tiene aire acondicionado, zumo envasado, ventanas con cristal y turistas.

viernes, 4 de febrero de 2011

18:34, 4 de febrero, Madrid

Al ritmo que se desvanece la luz del sol, las farolas son más intensas. En una calle, en un banco, en frente del portal 137. Gente que sube y baja y pisan todos las mismas baldosas del suelo. Pegotes de chicles y colillas. Los gritos de un niño "¡Mamá, vuelve!" mientras corre hacia ella. Verde, peatones que rozan sus brazos con desconocidos en los pasos de cebra.

Un anciano anda despacio con un bastón desgastado. El mismo niño que lloraba está ahora aferrado a la pierna de su madre. Una conversación fugaz sobre el servicio comunitario. "¡Llámame escéptico!". Un corredor cosmopolita a la caza del taxi. Un perro que ve tan apetitosa la farola como el árbol pero que finalmente se decanta por la papelera.

Una pareja pintoresca, callados los dos. Unos ancianos, ella se queja, él se evade. Un matrimonio discutiendo.

Se abre la puerta del portal, una joven sale, tacones y bolso pequeño, maquillaje nada discreto y un peinado de que se podría discutir su elegancia.

Una paloma despistada que confunde un filtro de cigarrillo con comida. Un beso apasionado al borde de la acera. Un "eres tonto" pasteloso.Un idioma extranjero en voz alta se escapa de los dientes grandes y blancos. La difícil carga de bolsa de rebajas. Argentina leyendo un pasaje de un libro de bolsillo.

Ya es de noche.

Y una vagabunda en un banco. Obervando. Escribiendo en su libreta negra.

jueves, 20 de enero de 2011

Yo sí me acuerdo de ti

Yo sí me acuerdo de ti. Y hoy cuando te he visto llegar atropelladamente algo ha saltado en mi cabeza, una sensación infantil e ingenua. Has abierto la puerta del recinto de mi casa porque tienes tu coche en el garaje, sin mirar hacia atrás. Pero cuando has vuelto la cabeza al oír que la puerta en vez de cerrarse se ha chocado con algo te has percatado que iba con la bicicleta por detrás. Un efímero contacto visual, un “perdón” de tu parte por no haberme sujetado la puerta y un “tranquilo” fugado de mi boca mientras nos alejábamos, tú al garaje, yo al portal.
Sigues igual o por lo menos como yo te recuerdo. Alto, moreno con pelo muy muy corto y unas entradas pronunciadas; unos ojos rasgados, de color claro creo y una boca grande pero no excesivamente carnosa. Trabajabas en el supermercado llevando los carritos de la compra y yo siempre esperaba que te tocase llevar el nuestro. Recuerdo tus pasos agigantados, tus manos fuertes y esa energía. Siempre lo hacías con ganas y eso deja huella.
Yo sí me acuerdo de ti y he estado a punto de acercarme y decirte en un tono nervioso y con una voz educada:

“Puede que usted no se acuerde de mi, pero yo sí de usted, Jose. Trabajaba en el supermercado llevando los carritos de la compra a las casas. Yo era pequeña. Me acuerdo porque parecía que solo llevase la comida a mi casa, siempre tan dispuesto y sonriente. Yo me acuerdo y ahora que le he visto me ha venido a la mente y solo quería decirle gracias”

martes, 18 de enero de 2011

La sombra



Al despertar de un sueño, buscas
Tu juventud, como si fuera el cuerpo
Del camarada que durmiese
A tu lado y que al alba no encuentras.


Ausencia conocida, nueva siempre,
Con la cual no te hallas. Y aunque acaso
Hoy tú seas más de lo que era
El mozo ido, todavía


Sin voz le llamas, cuántas veces;
Olvidado que de su mocedad se alimentaba
Aquella pena aguda, la conciencia
De tu vivir de ayer. Ahora,


Ida también, es sólo
Un vago malestar, una inconsciencia
Acallando el pasado, dejando indiferente
Al otro que tú eres, sin pena, sin alivio.







viernes, 14 de enero de 2011

Por las noches

Por las noches te acecha el vacío. En la soledad la oscuridad es más aterradora. Qué llegue pronto Morfeo y te abrace fuerte para huir de los pensamientos más tristes. Das vueltas en la cama buscando el trozo de almohada más fresco. Giras la colcha hasta que te encuentras con que la parte más larga cae por los lados de la cama y la corta no te llega a tapar los pies. Te visitan los nervios, te visita la luna por la ventana y te visitan esos pensamientos de los que huías. Abres los ojos y miras a un techo desnudo de una habitación silenciosa. Y todas esas sensación que habías mantenido a raya te atacan donde más duele. Te mantienen despierta y dudas y te reafirmas para luego caer en la típica pregunta de: ¿Qué habría pasado si...?

Pero si el pasado corre, el futuro va al galope y un presente lleno de fallos y pasos en falso se achanca. Junto con ese presente herido, tú y tus pensamientos nocturnos. No hiciste esa evaluación continua de tus actos y ahora vas repasando cada uno de tus pasos pero solo eres capaz de ver los errores. Y aunque ahora las equivocaciones parezcan colosos son solo una fina niebla y pequeñas gotas de rocío de la aurora de tu vida. Ya habrá tiempo al final, al atardecer de estimar todas tus acciones.

Y ahora, duerme.

¿Cómo te atreves?



Cómo te atreves a mirarme de esa forma, me obligas a recordar cuando todo lo que quiero es olvidarte. Cómo te atreves a decirme que me llamarías cuando sabes que necesito un poco de paz en mi mente.
Es ese áurea que te rodea, que me rodeaba, lo que me atrae. Son esos recuerdos teñidos de felididad, son esas palabras estancadas en el pasado, es esa tensión no resuelta. Orgullo, tal vez, sazonado con un poco de rabia y de melancolía lo que hace que me mantenga firme.
Los dos sabemos que solo hay una salida a este baile. La música de esa guitarra dolorida se desvanece y la última nota es el punto y final. Un saludo de cordialidad, una sonrisa tímida quizás y media vuelta al mundo real.