Como la telaraña y la mosca, una margarita enredada en tu pelo. Atrapada en los hilos de caramelo de tu cabeza.
Una flor en tu cabello a la sombra de una luz de sobremesa. Los rayos a la búsqueda del corazón amarillo. Un sol sin salida.
Una margarita despistada. Aturdida. Raptada por cientos de brazos sin dedos que la acarician y retienen.
Sí me quiere. No me quiere. Tal vez miedo a querer. Quizás recelo a no haber querido lo suficiente. Pavor a dejarse amar.
Una margarita con los brazos abiertos enredada en tus pensamientos. Los pétalos no dan respuestas.
charls, estás totalmente tú en esas últimas líneas.. ;)
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