Cómo te atreves a mirarme de esa forma, me obligas a recordar cuando todo lo que quiero es olvidarte. Cómo te atreves a decirme que me llamarías cuando sabes que necesito un poco de paz en mi mente.
Es ese áurea que te rodea, que me rodeaba, lo que me atrae. Son esos recuerdos teñidos de felididad, son esas palabras estancadas en el pasado, es esa tensión no resuelta. Orgullo, tal vez, sazonado con un poco de rabia y de melancolía lo que hace que me mantenga firme.
Los dos sabemos que solo hay una salida a este baile. La música de esa guitarra dolorida se desvanece y la última nota es el punto y final. Un saludo de cordialidad, una sonrisa tímida quizás y media vuelta al mundo real.
Es ese áurea que te rodea, que me rodeaba, lo que me atrae. Son esos recuerdos teñidos de felididad, son esas palabras estancadas en el pasado, es esa tensión no resuelta. Orgullo, tal vez, sazonado con un poco de rabia y de melancolía lo que hace que me mantenga firme.
Los dos sabemos que solo hay una salida a este baile. La música de esa guitarra dolorida se desvanece y la última nota es el punto y final. Un saludo de cordialidad, una sonrisa tímida quizás y media vuelta al mundo real.
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