A la hora de cenar siempre llamaba mi abuela. Puede que lo hiciese con intención de pillarnos a todos reunidos. Cuando nos dejó, el teléfono estuvo de luto hasta que mi hermana recogió la herencia.
A las 20:48:
-Buenas noches, mi nombre es Claudia
-¡Qué nombre tan bonito! Yo me llamo Carlota y estoy cenando brócoli cocido con queso fundido por encima pero dígame.
Aquí ya empieza un poco la confusión
- ¿Tiene usted Internet en casa?
- Sí
- ¿Está contenta con su funcionamiento?
- Sí, bastante
- Le llamaba de Yazztel para...
- ¿Pero Yazztel con una z o con dos?
En este punto Claudia no entiende nada
- Con dos, le llamaba para ofrecerle...
- ¿Precio más baratos? Supongo que es eso. Mire, no le quiero ofender, muchas veces he colgado directamente porque sé de qué van estas cosas. Estoy cenando y supongo que usted a la hora de cenar se encuentra cansada, abrumada de tanto ajetreo o incluso le duelen los oídos y si está todo el día sentada su trasero sufrirá un endormecimiento bastante incómodo. A esta hora solo llama mi hermana a casa y mi abuela a la memoria. Que duerma bien.
a esta hora solo llama mi hermana a casa y mi abuela a la memoria. me encanta cómo está escrito, charls!
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