Tienes una peca en la oreja. Es pequeña, plana y de marrón chocolate. Duermes de lado y la manta te tapa hasta la nariz. Casi no te se oye respirar. Casi ni te mueves. Casi parece que nunca te vas a despertar. Pero de vez en cuando lanzas alguna mueca o algún beso al aire. Hasta dormida parece que me quieres.
Pretendes encoger las piernas para meter los pies bajo la manta pero ésta es demasiado corta. Yo te pongo mi chaqueta y cejas en el intento.
Un mechón de tu pelo te acaricia el oído y tapa tu curiosa peca. Creo que ni tú sabes que tienes una peca ahí. Posiblemente nunca lo sabrás porque yo no te lo voy a decir, delataría mi faceta de espía en tus siestas. Y to ya no volverías a dormir como lo haces ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Qué me comentas, verdura: