viernes, 4 de febrero de 2011

18:34, 4 de febrero, Madrid

Al ritmo que se desvanece la luz del sol, las farolas son más intensas. En una calle, en un banco, en frente del portal 137. Gente que sube y baja y pisan todos las mismas baldosas del suelo. Pegotes de chicles y colillas. Los gritos de un niño "¡Mamá, vuelve!" mientras corre hacia ella. Verde, peatones que rozan sus brazos con desconocidos en los pasos de cebra.

Un anciano anda despacio con un bastón desgastado. El mismo niño que lloraba está ahora aferrado a la pierna de su madre. Una conversación fugaz sobre el servicio comunitario. "¡Llámame escéptico!". Un corredor cosmopolita a la caza del taxi. Un perro que ve tan apetitosa la farola como el árbol pero que finalmente se decanta por la papelera.

Una pareja pintoresca, callados los dos. Unos ancianos, ella se queja, él se evade. Un matrimonio discutiendo.

Se abre la puerta del portal, una joven sale, tacones y bolso pequeño, maquillaje nada discreto y un peinado de que se podría discutir su elegancia.

Una paloma despistada que confunde un filtro de cigarrillo con comida. Un beso apasionado al borde de la acera. Un "eres tonto" pasteloso.Un idioma extranjero en voz alta se escapa de los dientes grandes y blancos. La difícil carga de bolsa de rebajas. Argentina leyendo un pasaje de un libro de bolsillo.

Ya es de noche.

Y una vagabunda en un banco. Obervando. Escribiendo en su libreta negra.

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