Sí esta vez fue culpa mía y lo siento.
Todo sucedió bajando la cuesta subterránea de la plaza de los fueros. Iba tranquilamente al sol, con la bici y la predisposición a pasar otra tarde de estudio en la hemeroteca como estudiante de clausura. Entonces vi a aquella niña tan feliz enseñando el bolso a su madre y frené pero no a tiempo. Era justo después de la cuesta. Lo siento, apreté el freno que no va del todo bien y le di en la cabeza. Perdón. Esta vez fue culpa mía, lo reconozco. Me paré y le froté la cabeza como mi madre hacía conmigo cuando me daba un coscorrón pero no sirvió de nada porque ella se echó a llorar. Y yo casi lloro por dentro.
Seguramente ni ella ni su madre leerán esto pero siento que no dije suficientemente "perdón".
Lo siento de verdad, esta vez fue culpa mía.
Siempre es bueno llevar caramelos encima. Seguro que te vienen de lujo para cualquier situación.
ResponderEliminar