Y te crees que lo habías superado, que aquellos recuerdos estaban en un limbo entre el olvido y la realidad. En ese lugar inmaterial donde los sentimientos están en pausa y no duelen. Pero recibes esa llamada y todo aquello que creías haber dejado atrás vuelve a la velocidad de la luz y te golpea en el corazón. Duele pero no lo quieres admitir. Pero no es la llamada lo que hiere sino saber que lo más próximo que estás de esa persona es a través de un teléfono.
Delante de todo el mundo has jugado una gran papel, eres una maravillosa actriz. Pensaste que hacer como si no pasaba nada iba a solucionar las cosas, que iba a hacer que todo eso fuese más fácil. Pero, lo siento, malas noticias, te equivocaste. Y ahora te planteas si todo fue un error si aquella decisión era la correcta y te culpas.
Pero recuerdas las razones que te llevaron a hacerlo. Recuerdas el porqué de la distancia. Fuisteis los dos. Fue un pacto o por lo menos te intentas convencer de ello.
No lo admitas, di que no te duele y esa mentira te resguardará del dolor hasta que llame otra vez.
Cómo duele recordar que te había olvidado.
Tema complicado... pero no imposible. El tiempo ayuda a curar, pero para ello también hay que poner de nuestra parte. Un gran objetivo podría ser "poder estar con esta persona sin que pase nada". ¿Cómo hacerlo? Hay casos y casos... Hay personas y personas...
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