Es de noche. Caminas por esa ciudad desconocida, entre esa gente desconocida, con una emoción desconocida. Ves a gente de lo más variopinta. Tienes contacto visual con alguien pero apartas la vista y sigues tu camino. Hombres con folletos y carteles publicitarios de cosas que no te interesan te avasallan e irrumpen en tus pensamientos. Pero continuas adelante. Todo es extraño, ni siquiera sabes si la calle por la que andas es la correcta. Igual estás yendo en dirección contraria. No importa. No te importa nada solo quieres andar. Crees estar en otro mundo, con la música a todo volumen te aislas del mundo.
Los neones brillan con fuerza, más que nunca. Empiezas a dar vueltas y los colores de los carteles luminosos se mezclan entre sí y forman un arco iris chispeante que te envuelve. La gente anda más rápido y te parece como si fueses a contra corriente, en contra del mundo. Empiezas a correr. Esquivas a las personas con ligeros saltos hacia los lados. La sangre recorre tus venas más vivazmente. La embriagadora brisa te envuelve y una mágica sensación te invade.
Sin rumbo, sin destino, sin sentido, corres por las calles de un Madrid a las puertas de la noche esperando tropezarte con alguien y tener una conversación interesante que culmine este fantástico día.
muy raro
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