jueves, 13 de junio de 2013

Oh well...



Sus cicatrices tenían forma de sonrisa. Tenía más sangre en los ojos que en el corazón.
Podía sentir su pulso en la palma de la mano y el aire luchando por llegar a los pulmones. Su piel de cuero caliente estaba pintada rojo agonía. Se le resbalaron las yemas por el sudor de su nuca. Clavó las uñas. Lindas sonrisas en su piel. Dos lágrimas recorrieron sus mejillas, como gotas en las ventanas del coche haciendo carreras, cruzaron la mandíbula y se deslizaron por el cuello hasta llegar a las manos.

Y pensó: "¿Cómo medimos la inmortalidad?, ¿por las veces en que no morimos? o, ¿por las veces que sobrevivimos?"

"Somos inmortales con un 'te quiero' transparente"

"Te quiero"

Y soltó su cuello.


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